Son seres putrefactos, cubiertos por una capa y de gran estatura. Su cara está oculta por una capucha, y su mano es gris, viscosa y con pústulas. Los dementores no tienen alma. Hasta 1998, los dementores son los carceleros de Azkaban, que absorben la esperanza y los sentimientos positivos. En el pasado, los dementores estaban aliados con los magos tenebrosos. En teoría, un dementor solo puede desplazarse a otro lugar que no sea la prisión de Azkaban con una orden del Ministerio de Magia. Los muggles no pueden ver los dementores, pero si pueden sentirlos. Lo mismo ocurre con los squibs. En casos extremos, con permiso del Ministerio de Magia, el dementor puede dar el beso de la muerte, que aspira completamente toda el alma de la persona, dejándola como una concha vacía. Para ahuyentar a un dementor se usa el hechizo Patronus. Los dementores pueden volar. Congelan con su presencia allá a donde van. En 1996, los dementores se revelan contra el Ministerio de Magia, y se dice que se reproducen. Los dementores son mortales y pueden vivir en climas tropicales. No se puede destruir un dementor, pero sí limitar su número erradicando las condiciones con las que se multiplican, como la desesperación y degradación. Los Mortífagos utilizan dementores durante la Batalla de Hogwarts para obligar a Harry a invocar su Patronus y así encontrarle. Sin embargo, los fantasmas de sus padres, Sirius y Remus le ayudan a evitarlos. Desde que Kingsley Shacklebolt se convierte en Ministro de Magia, los dementores no vuelven a usarse en Azkaban. Existen dudas acerca de si los dementores nacen o se hacen
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